Cuando buscamos subastas de nuestro interés para nuestra próxima inversión es frecuente encontrarnos con área de información dedicada al estado de la subasta. Este dato es básico para saber si se trata de una subasta en la que podemos participar y, si es así, cuál es el plazo para hacerlo.
En general, puedes encontrarte con estas etiquetas al consultar el estado de cualquier subasta:
- Próxima apertura
Significa que la subasta aún no ha comenzado, por lo que todavía no es posible realizar pujas. En el propio anuncio de la subasta aparecerá toda la información relativa a este procedimiento, incluyendo la fecha de inicio y de fin de la subasta.
- Activa (‘celebrándose’)
Si encuentras una subasta con el estado de activa o celebrándose, significa que es posible realizar tu puja, ya que ésta se encuentra activa. Lo más frecuente es que aparezca también información acerca de la fecha de conclusión de la subasta prevista, así como la hora de cierre.
- Suspendida
Una subasta suspendida es aquella que se encuentra en pausa temporalmente, a iniciativa de la autoridad gestora, lo que significa que puede retomarse en cualquier momento si así lo decide dicha autoridad.
En estos casos, los depósitos y posturas que se produjeron antes de la suspensión de la subasta se conservan de cara a su reanudación. En cualquier caso, siempre que la autoridad gestora suspenda una subasta, deberá indicar una fecha de reanudación prevista. Si no la reanuda con anterioridad, cuando se alcanza dicha fecha, el sistema automáticamente procede a reanudar la celebración de la subasta.
Además, normalmente la reanudación de la subasta implica que ésta se celebre solo durante el tiempo restante de ejecución en el momento de la suspensión. Por tanto, si en el momento de la suspensión faltaban siete días y cuatro horas para el cierre de la subasta, este será el periodo que deberá transcurrir para su conclusión.
El mayor inconveniente de la suspensión de una subasta es que el dinero del depósito permanecerá retenido durante ese periodo, en ocasiones durante largo tiempo, hasta que se retome el procedimiento.
Por eso es importante tener en cuenta que existen casos frecuentes de suspensión en determinados tipos de subasta, como es el caso de las procedentes de ejecución hipotecaria de vivienda habitual. En estos casos el deudor intentará alegar la existencia de cláusulas abusivas, por ejemplo, para frenar la ejecución y, con ello, la subasta de su vivienda. Si logra su pretensión, la subasta puede llegar a cancelarse.
- Cancelada
La autoridad gestora puede cancelar la subasta (o un lote, si la subasta contiene lotes de adjudicación separada) en cualquier momento, siempre que la subasta no esté concluida. Esta cancelación implica la devolución de todos los depósitos a los postores, tanto si han realizado o no reserva de puja.
Por ejemplo, es posible que se cancele una subasta en caso de que el deudor que dió origen a este procedimiento logre saldar su deuda con el acreedor o acreedores, o en caso de que se encuentren defectos procesales o de fondo en cuanto al procedimiento judicial que dio lugar a la subasta.
- Concluida
Una subasta se considera concluida una vez finaliza el periodo en el que pueden recibirse pujas en el Portal de Subastas. Las subastas con lotes de adjudicación separada se darán por concluidas cuando haya concluido el periodo de pujas para todos sus lotes. En este caso, la fecha de conclusión de la subasta será el valor más alto de las fechas de conclusión de sus lotes.
Si la subasta está concluida, cualquier usuario podrá consultar el certificado de cierre, que incluye las fechas relevantes en el proceso de subasta (publicación, inicio, suspensión, cancelación y cierre), así como el importe de la puja máxima de la subasta, o de los lotes, si los hubiera.
- Finalizada
Aunque a simple vista puede parecer que una subasta concluida y finalizada son lo mismo, la realidad es que la subasta solo se da por finalizada cuando así lo determine y lo comunique la autoridad gestora.
Cuando esto ocurra, se procederá a ordenar la devolución de todos los depósitos de los postores que hubieran realizado reserva de puja y que no resultasen finalmente ganadores de la subasta.
La subasta finaliza cuando el mejor postor ha consignado el precio, perfeccionándose así el proceso de adjudicación. Si el mejor postor no aporta el resto del precio de adjudicación, la adjudicación pasará al siguiente mejor postor que realizar reserva de postura, la finalización se producirá cuando ésta consigne el resto del precio, y así sucesivamente.
Además, si la subasta está finalizada, en la pantalla de pujas podrá encontrarse el certificado de cierre de subastas.