Adquirir una vivienda en una subasta pública es un proceso complejo que puede llevar tiempo y, aunque es posible financiar esta operación a través de una hipoteca, lo cierto es que no es fácil lograrlo.
Tanto la larga duración de este proceso como su complejidad no suelen ser buenos compañeros cuando se trata de la adquisición de nuestra primera vivienda, ya que entran en juego la ilusión y, generalmente, también cierta premura. Además, el mercado de viviendas en subasta es más reducido y muchas veces se trata de inmuebles situados que necesitan de algún tipo de reforma o acondicionamiento.
Sobre todo, es importante invertir con la cabeza fría y con pleno conocimiento acerca de las condiciones del inmueble y las reglas que se aplican a la subasta.
Sin embargo, si dispones de capital para pujar, no te importa esperar a que salga la vivienda adecuada, conoces al detalle la normativa aplicable (puedes usar la información de nuestro blog como guía) y no te importa que el proceso se pueda demorar unos meses una vez hayas pujado, entonces las subastas pueden ser una buena opción para encontrar tu vivienda a un precio inferior al de mercado. Si tienes dudas sobre una subasta en concreto o sobre el proceso en general, es mejor que te apoyes en un profesional especializado antes de pujar.