En caso de adjudicarte un bien en una subasta y no pagar el resto del precio, perderás tu depósito, que normalmente se utilizará para hacer frente a los gastos del procedimiento o para saldar parte de la deuda.
Además, ten en cuenta que, en función del tipo de procedimiento del que venga la subasta, es posible que se te exijan daños y perjuicios, o incluso que se te fuerce a adquirir el bien adjudicado a tu favor.
Para evitarlo, asegúrate de que tengas la liquidez necesaria en el plazo indicado en las condiciones de la subasta, y también de que realmente te interesa la inversión que vas a realizar antes de pujar.
También debes tener cuidado si realizas reserva de postura y resultas adjudicatario debido a que el ‘ganador’ de la subasta se ha echado atrás finalmente: en estos casos, tu responsabilidad será idéntica. Si no consignas el resto del precio, también perderás tu depósito y se te podrán exigir otro tipo de responsabilidades, según el caso.
Analiza con cuidado los detalles de cada subasta: por ejemplo, en las subastas de Hacienda aparecerá siempre la fórmula “sin perjuicio de las responsabilidades en que puedan incurrir por los perjuicios que origine la falta de pago del precio de remate.” Este tipo de afirmación implica responsabilidades extra, más allá de la pérdida de tu depósito. Ante la duda, consulta a un especialista.