Es la cantidad que se reclama al deudor.
No es la puja mínima ni tampoco son las cargas que tiene el bien.
La cantidad reclamada es importante cuando quieres pujar por debajo del porcentaje en que la adjudicación es firme. En ese caso, para poder adjudicarte el bien, tu puja debe cubrir la cantidad reclamada más intereses y costas y ser igual o superior al 50% del valor de subasta para inmuebles o del 30% para muebles, para la mayoría de subastas.